domingo, 4 de marzo de 2012

La chispa de la curiosidad



El intelecto sólo necesita de una chispa/faísca, aunque sea de poca intensidad, para encender el fuego de la curiosidad y abrir una claro acogedor que dará inicio al interminable proceso de enriquecimiento del mundo interior. Cualquier libro puede ser esa chispa. "Quien ama los libros nunca más va a sentir falta de un amigo fiel, de un consejero íntegro o de una compañia divertida. Aprendiendo y pensando, el lector asiduo se basta a sí mismo en cualquier lugar, en cualquier tiempo, sea cual sea su suerte en la vida" escribió Isaac Barrow, matemático y teólogo inglés del siglo XVII. La lectura es el placer más duradero, aquel que resiste cuando todos los demás acaban.

Leído en la Revista VEJA, 29 de Febrero de 2012. Edición 2258

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